¿Y ahora, qué...?
¿Qué podemos hacer cada una de las personas, desde nuestra posición como empleadas o empleados públicos, para impulsar la igualdad entre mujeres y hombres?
En la medida que nuestra posición y funciones como empleados y empleadas públicos nos lo permitan somos responsables de integrar la perspectiva de género en nuestras decisiones y actuaciones: en la planificación y elaboración de los presupuestos, en el planteamiento de políticas públicas, en la redacción de proyectos de normas, en la actualización de protocolos de actuación, en el diseño de planes y programas, en la organización actividades formativas de sensibilización en igualdad y para la prevención de la violencia de género, en la redacción del clausulado de los contratos, subvenciones, convenios, etc.
Quienes tenemos un papel más discreto, participaremos como colaboradores de los que tengan mayor margen de maniobra, aportando cuanto podamos en el impulso de la igualdad de hombres y mujeres y en la creación de un entorno igualitario de trabajo.
En nuestra mano está mantener una actitud empática e inclusiva, cuidadosa y responsable en el lenguaje y en las imágenes que utilizamos; procurar ser un referente con nuestro comportamiento, y con las actitudes, valores y expectativas que comunicamos; tener espíritu crítico frente a los estereotipos y roles de género, cuestionarnos y cuestionar las creencias y las costumbres arcaicas y contraproducentes que nos limitan; señalar las condiciones de desigualdad, la violencia indirecta; promover la cohesión y la corresponsabilidad.
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